ABRIL 2024 | NO 04

MARKET INSIGHT – Abril 2024

MARKET INSIGHT

El análisis mensual de Prime Partners sobre la actualidad económica y los mercados financieros mundiales

Estado del vuelo: ¡retrasado!

Todos conocemos esa desagradable sensación de enterarnos de que un vuelo está retrasado. Tanto si uno se dispone a coger un avión como si espera la llegada de familiares que regresan de viaje, los retrasos no suelen ser buenas noticias en el mundo de la aviación. Para Estados Unidos, en cambio, el escenario de un «no aterrizaje», es decir, el aplazamiento en el tiempo de un futuro «aterrizaje» de la primera economía mundial tras el ciclo de subidas de las tasas, es una buena noticia.


Tras haber mencionado aquí regularmente en los últimos meses la hipótesis de un aterrizaje suave hábilmente ejecutado por los principales bancos centrales, con la FED a la cabeza, conviene ahora admitir la posibilidad de un crecimiento estadounidense continuado, más vigoroso de lo previsto y, en definitiva, bastante alejado de una recesión moderada. La resiliencia de la economía del país de Tío Sam en el entorno de tasas de interés elevadas de los últimos dieciocho meses sigue impresionando a los operadores del mercado y les está obligando a reconsiderar ciertos parámetros claves de su estrategia, en particular el número de recortes de tasas que se avecinan.


Hace un mes describíamos en este número la ironía del periodo que estamos viviendo, con los banqueros centrales, por un lado, endureciendo la política monetaria para contener la inflación y, por otro, unos datos económicos que a veces parecen ignorar los mecanismos tradicionales de «enfriamiento» de la maquinaria económica estadounidense, que parece capaz de adaptarse a un entorno monetario que se ha vuelto restrictivo. Lo menos que podemos decir es que las cifras de marzo no contradicen esta tendencia, al contrario.

Como era de esperar, la Reserva Federal estadounidense no recortó las tasas en su última reunión, pero sí ajustó al alza su previsión de crecimiento trimestral del PIB para 2024 (del 1,4% en diciembre pasado al 2,1% hoy), ¡reconociendo así que la actividad económica seguía avanzando a un ritmo sostenido!

Los grandes tesoreros también han indicado que esperan que la tasa de desempleo se mantenga baja, en torno al 4%, y que la inflación remonte, aunque desde hace varios trimestres tiende a acercarse al objetivo anunciado del 2%. Esto último nos parece lógico, dados los resultados económicos del país, donde el trío «empleo, salarios y tecnología» alimenta virtuosamente el crecimiento.

Además de la buena acogida de los mercados financieros a las últimas declaraciones de Jerome Powell, hemos asistido a un reajuste de las anticipaciones en materia de recortes de tasas en 2024

Además de la buena acogida de los mercados financieros a las últimas declaraciones de Jerome Powell, hemos asistido a un reajuste de las anticipaciones en materia de recortes de tasas en 2024. Éstas parecen ahora mucho más acordes con la realidad que hace unos meses. A estas alturas, no podemos sino elogiar la solidez del discurso del banco central estadounidense, cuyo tono decididamente pragmático no descarta en absoluto la prosecución de una política «data dependent» en un contexto de estrecho seguimiento de los datos de inflación.

Europa, por su parte, no ha innovado realmente en términos de política monetaria. A pesar de una situación económica muy diferente a la del otro lado del Atlántico, y de una recesión industrial a la que se enfrentan varios Estados miembros, Christine Lagarde y su equipo no han dado lugar a sorpresas al iniciar el proceso de reducción de las tasas antes que sus homólogos americanos. La cita será en junio, cuando normalmente deberíamos asistir al primer recorte coordinado de los tipos de interés, tanto en el «nuevo mundo» como en el «viejo continente».


Por una vez, unas palabras sobre la situación en Suiza, donde el banco nacional no se complicó la vida con ningún timing internacional, recortando su tipo director en 25 puntos básicos, hasta el 1,5%. El SNB declaró que había tenido éxito en su lucha contra la inflación durante más de dos años, y que la tasa había caído por debajo del 2% desde hacía varios meses.


Por último, para concluir esta rápida panorámica internacional, la economía china sigue mostrando algunos tímidos signos de mejora, aunque el gobierno aún no ha presentado ninguna medida concreta que anime a los consumidores chinos a dar un fuerte impulso a la dinámica económica del país. La economía china tendrá que mostrar signos tangibles de recuperación para que los inversores extranjeros vuelvan a los mercados financieros locales.


Al pasar página al primer trimestre del año, nos parece importante tener en cuenta que los resultados económicos de los países desarrollados, encabezados por Estados Unidos, han sido más bien sólidos en el primer trimestre, y que el entorno actual dista mucho de ser el de una recesión. Sin embargo, no ignoramos la gran heterogeneidad que reina dentro de los distintos sectores económicos: los sectores industriales siguen sometidos a fuertes presiones, sobre todo en Europa, mientras que el sector servicios, gracias sobre todo al consumidor estadounidense, insufla dinamismo a la economía.

En cuanto a los mercados financieros y nuestras asignaciones, hemos podido contar con el buen comportamiento de la renta variable durante este primer trimestre, con numerosos índices cotizando actualmente en máximos históricos. No hace falta volver sobre la revolución tecnológica de la inteligencia artificial, que parece extenderse rápidamente, ni sobre los efectos favorables de la política fiscal estadounidense expansionista aplicada por la administración Biden desde hace varios trimestres. También observamos una mejor participación al alza de los distintos sectores y algo menos de ultra dependencia de algunos grandes valores tecnológicos estadounidenses que en los últimos meses. No obstante, la carestía actual de los mercados deja poco margen para la decepción, y debemos hacer un esfuerzo especial en términos de selección de valores y de calidad de los balances de las empresas.


Nuestras asignaciones conceden un lugar preponderante a las acciones, en particular a las estadounidenses, aunque no tenemos intención de aumentar la exposición. La diversificación sectorial que proponemos nos parece un blindaje contra un posible «bache» en caso de que los datos económicos se deterioren, especialmente en términos de inflación, obligando a los banqueros centrales a reconsiderar su deseo de relajar un poco el control de las tasas de interés.

Tambien observamos una mejor participación al alza de los distintos sectores y a algo menos de ultradependencia de algunos grandes valores tecnológicos estadounidenses

En el frente de la renta fija, reina el statu quo. La reciente confirmación de una bajada de las tasas en 2024 ha sido tenida en cuenta con cautela por los inversores en renta fija, que parecen tener presente que el entorno actual sigue ofreciendo tipos de interés elevados y, sobre todo, que no puede descartarse una potencial prolongación de estos últimos.


En este contexto, el componente de bonos de nuestras carteras también se mantiene ampliamente diversificado. Ya sea mediante una exposición pasiva a bonos del Tesoro estadounidense a corto plazo, productos activos de alto rendimiento o una posición táctica en la parte larga de la curva (20 años), nuestro enfoque de los activos de renta fija hace hincapié en la diversificación. Al igual que con las acciones, insistimos en la importancia del análisis crediticio a la hora de seleccionar emisores individuales, ya que el riesgo de caída sigue siendo elevado tras un periodo prolongado de altas tasas de interés.

Siempre en términos de asignación de activos, es importante subrayar una vez más el atractivo del segmento alternativo de nuestras carteras modelo, cuya capacidad para descorrelacionarse de los mercados de acciones sigue siendo apreciable. Además de las estrategias long/short que mantenemos, es difícil no mencionar la reciente subida del precio del oro, de la que nos hemos beneficiado ampliamente. De ahí a considerar que se trata de una señal de mayor prudencia por parte de los operadores frente a los riesgos geopolíticos, las incertidumbres electorales o los temores sobre el nivel de endeudamiento de algunas grandes potencias, sólo hay un paso. Al igual que ocurre con la actitud de los banqueros centrales y sus evaluaciones de la salud económica, seguimos atentos a los tres puntos anteriores.


Tras cinco meses consecutivos de bonanza en los mercados de acciones, nos parece prudente seguir expuestos a ellos, sin descuidar la calidad de las empresas cuyas acciones y/o deuda compramos. La diversificación sectorial que venimos aplicando en nuestras asignaciones desde hace varios trimestres será más crucial que nunca cuando el rally dé señales de agotamiento, ya sea como consecuencia de cifras económicas más dispares, de una retórica menos constructiva de los banqueros centrales o de incertidumbres políticas o geopolíticas.


Sean cuales sean los retrasos, el avión acabará aterrizando y nosotros seguiremos escrutando a los banqueros centrales y los resultados económicos de las empresas, piloto y copiloto respectivamente de nuestro vuelo.