Ago 2024 | NO 08

MARKET INSIGHT – Agosto 2024

MARKET INSIGHT

El análisis mensual de Prime Partners sobre la actualidad económica y los mercados financieros mundiales

Por fin se vislumbran los recortes de las tasas en los Estados Unidos

El final de una saga, el comienzo de una nueva fase del ciclo económico. A mitad del verano, esa podría ser la descripción del periodo actual después de muchos trimestres durante los cuales los mercados se han centrado de manera habitual en la actitud y en cada palabra pronunciada por los miembros de la Reserva Federal estadounidense. Los progresos realizados en el frente de la inflación durante más de un año sitúan ahora a Jerome Powell en una posición más cómoda que antes para aplicar con toda probabilidad su primer recorte de tasas en septiembre.

Tras las previsiones un tanto descabelladas de entre seis y siete recortes de tasas que algunos actores importantes del sector indicaron a principios de año para 2024, no cabe duda de que ahora debería imperar un poco más de sensatez. Por nuestra parte, esperamos un proceso gradual de normalización de las tasas de interés durante los próximos dieciocho meses, incluyendo periodos de observación por parte de los banqueros centrales que tendrán en cuenta las cifras de inflación y crecimiento económico.

No todo el mes de julio giró en torno a los tipos de interés y los bancos centrales, ni mucho menos. La actualidad política estuvo animada. Tras la sorpresiva disolución de la Asamblea Nacional francesa por parte del presidente Macron el mes pasado, fue en Estados Unidos donde se produjeron algunos acontecimientos importantes. Tras un fallido debate televisado entre el presidente Biden y su rival Donald Trump, este último se libró por los pelos de un intento de asesinato el 13 de julio en pleno mitin de campaña. Esta cadena de acontecimientos terminó por barajar de nuevo las cartas en la carrera por las elecciones presidenciales en Estados Unidos y condujo al anuncio de la retirada de Joe Biden de la carrera electoral y a la llegada de la actual vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. Ni que decir tiene que esto representa un importante punto de inflexión política para la primera potencia mundial y que, sin duda, provocará una mayor incertidumbre sobre el futuro ocupante del Despacho Oval. El debilitado adversario de Donald Trump deja paso ahora a una candidata con un perfil totalmente distinto y menos ángulos de ataque evidentes.

Los índices bursátiles no han sido una excepción en las últimas semanas. Si bien los diez primeros días de julio se asemejaron a un tranquilo paseo estival, una violenta rotación sectorial tuvo lugar sin llegar a provocar una corrección. La tecnología y, en particular, el segmento de los semiconductores fueron de los más afectados, como reacción a los resultados del segundo trimestre publicados por Alphabet. Lejos de ser malos, estos resultados chocaron con las exigencias extremas de los inversores, que ahora se muestran muy ambiciosos.

Por el contrario, fueron las cifras del sector del lujo, y del automóvil en particular, las que decepcionaron.

A pesar de que varios indicadores señalaban una desaceleraciõn contenida de la economia durante el mes, la reciente publicación del PIB estadounidense del segundo trimestre volvió a sorprender por su fortaleza

La rotación no resultó del todo negativa, y benefició en particular al sector de la salud, en el que algunos grandes valores(Novartis, Roche, AbbVie) presentaron excelentes resultados. Lo mismo puede decirse de los valores bancarios, cuyas publicaciones del Q2 mostraron una sólida actividad, incluso en el segmento de fusiones y adquisiciones, que llevaba tiempo en horas bajas tras el éxito arrollador de 2020.

Esta gran sacudida también provocó una espectacular recuperación de las pequeñas y medianas empresas estadounidenses, y el índice Russell 2000 ganó más de un 10% durante el mes. Las últimas cifras económicas estadounidenses, incluida la inflación, se acercaron a los objetivos de la FED. Ahora podemos descartar la idea de una nueva subida de las tasas de interés y orientarnos, como se indica en el título de este comentario, hacia una flexibilización de la restricción monetaria.

Al mismo tiempo, y a pesar de que varios indicadores señalaban una desaceleración contenida de la economía durante el mes, la reciente publicación del PIB estadounidense del segundo trimestre volvió a sorprender por su fortaleza (2,8% frente al 1,9% previsto). Fue esta combinación de confirmación de una política monetaria menos restrictiva en el futuro y de mantenimiento de la fortaleza de la economía estadounidense lo que permitió a las empresas de pequeña y mediana capitalización despertar en julio, después de tres años de rendimiento inferior en relación con sus homólogas del S&P 500.

La actualidad europea ha sido mucho menos densa, tanto en el plano político como en el de los índices bursátiles. La incertidumbre en Francia ya no parece estar en el centro de las preocupaciones de los operadores (a pesar de la falta de avances concretos al respecto), y la rotación sectorial ha sido menos brusca. Teniendo en cuenta que la tecnología desempeña un papel mucho menor en los índices europeos que en los estadounidenses, y que la actual dinámica de crecimiento económico es menos fuerte (lo que hace más evidentes las medidas del BCE), habría sido sorprendente ver un potente rally en las pequeñas y medianas empresas europeas. Todo lo que podemos extraer del mes pasado en Europa es la inauguración de los Juegos Olímpicos de París y un rendimiento bursátil cercano a cero.

Por último, China (todavía) no ha aportado nada nuevo o muy positivo para salir del marasmo económico que sufre desde hace muchos trimestres. A diferencia de Estados Unidos, la deflación y un crecimiento económico por debajo de lo esperado son las amenazas reales en el «Imperio del Medio». Los últimos datos sobre las ventas al por menor y los precios de producción nos recuerdan que la crisis inmobiliaria de China, el desempleo juvenil probablemente elevado y la sobreproducción masiva en sectores fuertemente subvencionados por el gobierno (coches eléctricos, paneles solares) constituyen graves peligros para la economía del país. Seguimos evitando la exposición a la renta variable china, cuyo rendimiento este año ha sido apático.

En cuanto a la asignación de activos, y tras esta panorámica de julio, no contemplamos modificar nuestras carteras actuales. Esperamos añadir (o reforzar) una estrategia basada en valores de pequeña y mediana capitalización en un futuro muy próximo, sin por ello alterar nuestro enfoque general de gestión.

Por tanto, seguimos confiando en nuestras asignaciones, que combinan activos defensivos (efectivo, bonos del Tesoro estadounidense y oro), estrategias de renta fija especializada (bonos de alto rendimiento, deuda emergente) y una exposición razonable a la renta variable a través de estrategias activas y pasivas, tanto globales como temáticas (salud, tecnología y energía).

En términos generales, la rotación sectorial de las últimas semanas ha demostrado una vez más la fortaleza de nuestras carteras. La multitud de factores que influyen en el comportamiento de los inversionistas, y la rapidez con que estos factores pueden cambiar, dejan poca credibilidad a los arbitrajes frecuentes, so pena de navegar a menudo contra corriente.

El arranque de la temporada de resultados, sobre todo para las grandes tecnológicas, será un factor clave a seguir en agosto. Con unas expectativas ahora muy elevadas, sobre todo en lo que respecta al impacto de la inteligencia artificial en dinero contante y sonante en los balances, es muy probable que la más mínima decepción sea duramente castigada.

Algunos indicios apuntan a que el En términos generales, la rotación sectorial de las últimas semanas ha demostrado una vez más la fortaleza de nuestras carteras

En cuanto a los bonos, creemos que sería prudente no permanecer invertidos únicamente en bonos con vencimientos muy cortos. Los bonos del Tesoro de EE. UU. a largo plazo y los bonos corporativos («de alta calidad») con vencimientos de 10 años o más tienen sentido en una cartera que esté a la espera de una fase de recorte de las tasas de interés.

Como dice el refrán, «a un equipo ganador no se le cambia». Esto se aplica a nuestro posicionamiento actual, en el que la diversificación implementada en los últimos trimestres y la calidad de los instrumentos en los que invertimos nos parecen sólidos baluartes en caso de turbulencias en los mercados.

Lejos de confundir una actitud de espera con la estabilidad, no dudaremos en realizar cambios tácticos en nuestras exposiciones según lo impongan los acontecimientos políticos, monetarios o económicos. Tanto en nuestros productos gestionados internamente como en estrategias externas seleccionadas, seguiremos siendo reactivos. A este respecto, queremos señalar que siempre hemos hecho gran hincapié en la liquidez de los instrumentos que utilizamos. Esta es la clave de nuestra flexibilidad.

Con las temperaturas por todo lo alto a orillas del lago Lemán este verano, no cabe duda de que nuestras inversiones mantendrán la cabeza fría durante los meses estivales.